Misión Verde es una iniciativa conjunta de la Asociación Guardianes del Ambiente (A.Gu.A) y de un Equipo de Trabajo conformado por Estudiantes de la Licenciatura en Gestión Ambiental Urbana (UNLa). Nuestro propósito es construir nuevos valores, utilizando a la Educación Ambiental como camino para lograr un cambio de actitudes en las personas. Se desea que primero se realice a nivel personal y luego con aquellos que los rodean, de esta manera el cambio de actitud de un solo individuo imprimirá un cambio en el destino de una nación y, más aun, en el destino de toda la humanidad.
Aspiramos a crear sensibilidad, valores y actitudes para que los individuos,
con actitud critica y reflexiva sobre las relaciones hombre-naturaleza, puedan transformar el medio para su bienestar sin poner en peligro el bienestar de futuras generaciones y la vida sobre el planeta.

sábado, 30 de julio de 2011

CRÓNICAS AMBIENTALES; LUIS ALBERTO CERVERA NOVO

ISLA DE PASCUA: ¿MISTERIO o ADVERTENCIA?

...“La isla de Pascua fue uno de los últimos lugares de la tierra en ser poblado por el ser humano. Sus primeros habitantes fueron polinesios, hace 1500 años y hasta el siglo XVI esta pequeña isla situada a 3.200 Km al oeste de América del Sur albergó una compleja sociedad agrícola. El clima de la isla de Pascua es semiárido, pero mejoró debido a los exuberantes bosques que atrapaban y conservaban el agua.

Sus 7000 habitantes cultivaban plantas y criaban gallinas, capturaban peces y vivían en pequeñas aldeas. El legado de los pobladores de la isla de Pascua puede contemplarse en las imponentes estatuas de obsidiana, de 8 metros de altura, que transportaban a través de la isla utilizando troncos de árboles a modo de rodillos.

Cuando los colonizadores europeos llegaron a la isla de Pascua en el siglo XVII, estas estatuas de piedra llamadas ahu, eran los únicos restos de una civilización en otros tiempos impresionante, que se desmoronó en sólo unas décadas.

 Según la posterior reconstrucción de los arqueólogos, la desaparición de esta sociedad fue desencadenada por el agotamiento de su limitada base de recursos. A medida que la población humana de la isla de Pascua aumentaba, se roturaban más y más tierras para cultivar plantas, mientras los árboles que aún quedaban se talaban para aprovecharlos como combustible y para trasladar los ahu a su lugar.

 La falta de madera impidió la construcción de barcos de pesca y viviendas, lo que redujo una importante fuente de proteínas y obligó a la población a trasladarse a cuevas.

La pérdida de bosques desembocó también en erosión del suelo, lo que disminuyó aún más el abastecimiento alimentario.

A medida que las presiones aumentaban, estallaron conflictos armados entre unas aldeas y otras, la esclavitud se convirtió en un elemento habitual y algunos habitantes incluso recurrieron al canibalismo para sobrevivir.

Al ser un territorio aislado que no podía recurrir a otro lugar para su mantenimiento una vez que sus propios recursos se agotaron, la isla de Pascua presenta una imagen especialmente llamativa de lo que puede suceder cuando una economía humana se expande con unos recursos limitados.

Para nosotros, los recursos limitados, cuando comenzamos el siglo XXI, son el agua dulce, los bosques y pastizales, las pesquerías marinas, la diversidad biológica y la atmósfera global”

Una Nueva Economía Para Un Nuevo Siglo. R. Brown y C. Flavin.

Al destino de la civilización de la isla de Pascua, se sumaron otras culturas que también desaparecieron por un uso irracional de los recursos naturales.

Las débiles o inexistentes  políticas de protección  ambiental, indicarían, que nuestro destino es repetir esa experiencia terminal, ya que el planeta es uno solo, y hoy, globalizado tecnológicamente.

Cada uno de nosotros, actores claves de la historia estamos unidos a un destino común.

El futuro esta sujeto a desarrollar una filosofía tanto individual, como colectiva, que permita ubicarnos en esta realidad, de la cual, no hay conciencia suficiente en las agendas de los estados ni de las fuerzas políticas.

La historia ha demostrado que, a diferencia de otras especies, la humana, ha poseído una gran capacidad de adaptación a los cambios ambientales.

Sobrevivimos a los dinosaurios, ¿sobreviviremos a nosotros mismos?

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